El ensamble de tres agaves —Tepeztate, Papalometl y Arroqueño— es una expresión compleja y elegante del mezcal artesanal. Cada agave aporta una dimensión distinta: el Tepeztate brinda notas herbales y minerales intensas, el Papalometl suma un perfil dulce y floral, mientras que el Arroqueño ofrece cuerpo, profundidad y un ahumado sofisticado. El resultado es un mezcal de sabor robusto pero balanceado, con una nariz rica en matices silvestres, resina, tierra húmeda y sutiles toques frutales. Su color es limpio, brillante, y su permanencia en boca revela capas que se despliegan lentamente, como una conversación pausada. Este mezcal es ideal para tomarse solo, a temperatura ambiente, o para elevar cocteles de autor donde se quiera destacar una complejidad única. Es un destilado para quienes buscan autenticidad, fuerza y una conexión directa con los ritmos y sabores de la tierra. Sofisticado, salvaje y memorable.